Discurso inagural del Séptimo Encuentro de Teatro Porteño Independiente 2010, Valparaiso.
Es verano en Valparaíso post carnaval.
Pronto el sol se encargará de evaporar el olor que ha dejado convertida a nuestra ciudad en una especie de gigante baño público. Y volveremos a tener el olor de nuestro puerto, el olor de nuestros cerros, de nuestras cifras de desempleo, de nuestras ganas y esfuerzos por construir una mirada de la cultura que reconozca la necesidad de actividad permanente, profunda y libre de tanta parafernalia etílica y carnavalera.
Es enero en Chile 2010.
Estamos nosotros celebrando la inauguración del Encuentro de Teatro Porteño Independiente, que cumple siete años de ininterrumpido trabajo y crecimiento.
Mientras, en la capital, hay otros celebrando 200 años.
200 años de la independencia de un país.
200 años en que se ha buscado aniquilar las costumbres, prácticas, formas de economía, de relaciones, dichos, historias, necesidades y en fin las identidades de las comunidades, para conseguir así la homogenización necesaria al estado para configurar una identidad de nación única, la “identidad Chilena”.
Nosotros queremos decir que la historia no es solo una fecha en un calendario para recordar, preferimos pensar la historia como una construcción diaria, preferimos saber que la independencia se lucha y se gana en el presente, todos los días.
Cuando inauguramos una séptima versión del encuentro de teatro porteño independiente diciendo “200 años, nada que celebrar” es porque no queremos sumarnos a la algarabía de una celebración oficial que según nuestra perspectiva esconde bajo su manto de patriotismo, una cantidad de problemáticas sociales no resueltas, la calidad de la educación, la privatización de los recursos naturales y con ella la devastación del territorio y por supuesto la brutal represión que amargamente están sufriendo los pueblos originarios.
Ejemplos no nos faltan:
Pescadores artesanales amenazados de muerte por defender el mar en Mehuín.
Comunidades completas empobrecidas hasta la olla común por los efectos de la pesca de arrastre.
Mapuches asesinados por la espalda por la policía Chilena.
Proyecto minero Pascualama - Barrik Gold amenazando la vida de los diaguitas huascoaltinos.
Entonces en este año de festejos nacionales nos acordamos de Violeta Parra cantando “El pueblo amando a la patria y tan mal correspondido”
Mientras no haya justicia, mientras no haya respeto verdadero a las diversas identidades que conviven en este territorio llamado Chile, mientras tengamos que defendernos de las acciones que los gobiernos cometen contra su pueblo, mientras no haya igualdad de oportunidades, educación, salud y viviendas dignas, reconocimiento de las libertades de las comunidades y de los individuos, mientras Chile siga siendo de unos pocos, mientras sigan atestándose de pobres las cárceles y se siga rebajando la edad de responsabilidad penal, mientras vivamos en un país donde una cárcel puede ser una posibilidad de negocio privado, nosotros no tendremos “nada que celebrar” mas que nuestra propia independencia cotidiana, mas que lo que logran construir aquellos que siguen soñando con la posibilidad de un mundo mejor, más solidario y alejado de la vanidosa y devastadora codicia mercantil.
SEAN TODOS BIENVENIDOS AL SÉPTIMO ENCUENTRO DE TEATRO PORTEÑO INDEPENDIENTE
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